Nuestra necesidad de espacios espirituales es universal

Puentes entre lo sagrado y lo natural

Vivimos en tiempos de incertidumbre e imprevisibilidad. Esto causa una profunda sensación de inseguridad y miedo que nos afecta de lleno en nuestra vida cotidiana. En tiempos como estos, nuestra necesidad innata de buscar un sentimiento de conexión con los demás, así como un lugar de calma y paz en equilibrio con nuestro interior, se despierta y se agudiza a un nuevo nivel. Esto hace que nuestro deseo de experimentar los espacios espirituales sea mucho más agudo que en tiempos menos complicados.

La espiritualidad de un espacio se define ante todo por la relación armoniosa entre nosotros mismos y el entorno que nos rodea. Esto puede suceder en la naturaleza, en el bosque o en las colinas, a la orilla del mar o de un lago, o en un espacio creado por la mano del hombre. Puede tratarse de un momento de paz y tranquilidad en soledad o una experiencia compartida con otros.

La espiritualidad de un espacio tiene un efecto sanador que nos permite sentirnos a la vez arraigados, elevados y liberados. Puede ser la experiencia tranquilizadora de un ritual de baño en una sauna de madera junto al lago, la ocasión de esquiar sobre nieve blanca y virgen en el bosque o la sensación reconfortante de escuchar un concierto en un espacio con una acústica extraordinaria.

El anhelo de alcanzar algo más alto y más grande que uno mismo y de sentirse en comunión con algo más que nosotros mismos, siendo parte de ello y estado en armonía con ello, es una necesidad humana universal que ha existido en todas las culturas a lo largo de la historia. Es algo que no se limita a los espacios religiosos, sino que puede adoptar muchas formas diferentes. dependiendo del contexto, puede basarse en una relación con la naturaleza y la tradición o puede ser más urbano y contemporáneo.

En el núcleo de un espacio espiritual encontramos la sensación de ser elevados más allá de nuestra vida cotidiana, de entrar en un mundo fuera de las rutinas y las tareas prácticas. Se trata de algo muy básico y simple, despojado de cualquier elemento innecesario, algo que toca nuestros sentidos de forma suave ya la vez con fuerza. Al igual que nos permite estar conectado con las cualidades más básicas de la vida, también nos permite ir más allá de las limitaciones de lo cotidiano y aspirar a algo más elevado.

 

 

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La aspereza natural de los elementos de madera hechos a mano evoca un fuerte sentido de la materialidad, Iglesia de Kärsämäki, Kärsämäki, Finlandia, 2004, Anssi Lassila/OOPEAA. Foto © Jussi Tiainen

Las iglesias tradicionales de madera de Finlandia, construidas a mano por los artesanos locales, son un excelente ejemplo. Aprovechando las extraordinarias habilidades de los carpinteros y la calidad de la madera local, son obras de arte cuidadosamente elaboradas que van más allá de las necesidades prácticas del día a día. Al ser un material natural, la madera aporta una sensación de suavidad y calidez a estas iglesias vernáculas. La sensación de la madera, con su textura y olor, juega un papel importante en la experiencia de estos espacios. Crea un puente entre lo sagrado y lo natural de una manera única, en consonancia con la experiencia finlandesa de la vida.

Las iglesias como espacios para la comunidad

He tenido la oportunidad de crear numerosas iglesias y capillas en diferentes lugares y para comunidades muy diversas, desde pequeños pueblos en un entorno rural rodeado de naturaleza, como la iglesia de Kärsämäki, a comunidades multiculturales en barrios urbanos como la iglesia y la vivienda social de Tikkurila como ejemplo más reciente. El nexo entre todas ellas es su papel como espacios donde los residentes pueden reunirse y su importancia como puntos de referencia en la comunidad.

El propio edificio es solo una pequeña parte de la experiencia global de un espacio espiritual. Su encaje en el paisaje que lo rodea, ya sea urbano o rural, y la forma de acercarse al edificio y acceder al espacio son una parte importante de la experiencia. La coreografía del movimiento, que guía al visitante al acercarse al espacio y al moverse dentro de él, es una parte importante de la creación de un ambiente que sustente la experiencia espiritual, ya sea como un lugar en el que podemos reunirnos con otros o como un espacio de contemplación silenciosa.

 

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Un salón urbano en un barrio multicultural, Iglesia y vivienda social de Tikkurila, Vantaa, Finlandia, 2021, Anssi Lassila/OOPEAA. Foto © Tuomas Uusheimo

El sentido espiritual de los espacios está muy definido por la armonía de sus dimensiones y por la forma en que los espacios confluyen entre sí. Aquí es donde las variaciones entre las diferentes alturas juegan un papel importante. Proporcionar al edificio una forma escultural con un carácter identificable, posibilitando a la vez la existencia de diferentes ambientes, acogedor y agradable al entrar y edificar y espacioso en el núcleo más sagrado del edificio.

Un espacio con un ambiente sanador y espiritual es sencillo. Es acogedor, fácilmente accesible, reconfortante y edificante. La combinación de dimensiones cuidadosamente concebidas y una paleta simple de materiales da lugar a un espacio de contemplación en el que nuestra mirada se dirige tanto hacia lo alto como hacia nuestro interior. Es un lugar de paz y calma en el que uno puede experimentar una sensación de conexión con su interior, así como un diálogo entre su propia voz interior y la experiencia del mundo en un sentido más amplio; un espacio que aporta un elemento de equilibrio para contrarrestar la dinámica siempre presente de observar a los demás y todas las poses en los medios digitales que definen gran parte de nuestra vida cotidiana actual.

Imagen principal: Una iglesia de madera en el campo construida con métodos tradicionales, Iglesia de Kärsämäki, Kärsämäki, Finlandia, 2004, Anssi Lassila/OOPEAA. Foto © Jussi Tiainen